Amplios abismos estrechan mi jornada
resoluciones rojas desechan mis anhelos
no tengo excusas, mis ojos tienen hechos
es la neblina nueva, el ignoto desvelo
es saber un abrazo sin conocer una causa
es ser la causa inocente de cualquier impulso
es estar ahí en el momento no preciso
que se vuelve preciso cuando contacta mis manos
ese preciso nombre, conocido por nadie
ese momento azul, expresado en cenizas
cenizas encendidas, en un pequeño instante
que perduró hasta hoy, sin apagarse nunca.
Conozco a la vida porque raptó a mis uñas
con ellas rasgó corazón rojo de lino
dejé de navegar salvo ciertos naufragios
y ayer tuve en mi barco la razón de la cita
acudí sin saber porque me guiaba la nave
no sabía de los riesgos de beber una puerta
pero conocí tiempo de conocer destiempo
y navegué por mares de delicias inciertas
entonces una isla que fue país de cárcel
atravesó este mar de caricias desiertas
impuso sus arenas frente a la dulce nave
y conocí de nuevo la cárcel de la brisa.
No comprendo la nada de la noche del prisma
después de caminar con mi paso de lobo
me despedí del eco de decir que te siembro
y comencé mi agrícola plantación de nubes
no me importa una nube si te llueve la misma
pero me importa lluvia que tu nube se encime
pues conozco la trampa de la lluvia de nubes
como la nube sabe las lluvias de la trampa
y si llora tu nube sobre mi nube triste
apelo a la llovisna de la vieja ceniza
que prometió volver en la noche marina
y regresó a velar por la vida del cisma.
Lo más hermoso de mi día fue llegar a mi casa y leer esto en voz alta. Gracias a ti.
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