miércoles, 23 de febrero de 2011

Este sentirse harto de tantos ecos del principio. Que me causa neblina cerebral y un hastío de paredes y de letras. Que pesa tanto como cuatro elefantes, acomodados todos sobre mi cuerpo inerte, inherente a la montaña rusa de los sentimientos, a todo este destino de caballo desbocado, de Sísifo, de Atlas pues, de hombre. Me duelen las rodillas, bisagras del orgullo desdoblado.

3 comentarios:

  1. Sìsifo era dueño de su destino, aunque debía cargar cada día con su piedra de hastío. Saludos

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  2. Seguro que no es necesario que cargues con tal peso, no tienes un castigo como tales ejemplos expuestos ¿verdad? ánimo ;O

    ¡Los conozco! No demasiado a fondo en realidad (para serte sincera he tenido que comprobar que los conocía escuchándolos por Youtube), conozco las más típicas supongo: No dejes qué, La célula que explota, viento... son piezas bonitas y muy inspiradoras :)

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  3. DEJA QUE LAS MANOS REVOLETEEN INDOMABLES EN BUSCA DE UN CEREBRO POSEEDOR DE ABSOLUTA INCONSCIENCIA... PERO QUE NO SOSPECHE LO PENETRABLE DE LA CONCIENCIA. Deja que surjan impàvidas y en secreto...



    http://www.youtube.com/watch?v=zjfyamdGKPQ&feature=related

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